Un día cualquiera en un matadero de aves de corral (2023)
El pasado junio organizamos un taller práctico de identificación y descripción de lesiones para veterinarios oficiales de matadero. Por eso, recogimos vísceras y carcasas decomisadas de varios mataderos de aves de corral, que fueron objeto de discusión durante la sesión.En esta entrada se documentan un par de lesiones de las que también se recogieron muestras en formol para realizar su estudio histológico. (AC)
La sesión la lideraron los patólogos y colaboradores del SESC, Natàlia Majó y Carlos López-Figueroa.
CASO 1
Carcasa de ponedora. En este caso se observa una gran masa blanquecina multinodular sustituyendo al ovario. Las serosas del resto de vísceras presentan un aspecto rugoso, con presencia de múltiples nodulaciones miliares.
Estos hallazgos macroscópicos son característicos de un adenocarcinoma ovárico, la neoplasia más frecuente en ponedoras. Esta neoplasia suele impedir la puesta de huevos, siendo un hallazgo frecuente en ponedoras de edad avanzada.
Corte histológico del ovario. Se puede ver cómo la práctica totalidad del ovario se encuentra sustituido por una neoplasia multinodular infiltrativa. Sólo se observan dos folículos ováricos entre la neoplasia (flechas).
En la histología del duodeno-páncreas se observa cómo esta neoplasia se ha diseminado por siembra a la cavidad celómica (carcinomatosis celómica), afectando a la serosa del intestino (flecha negra) y al páncreas (flecha roja). Además aumentos (inset) se pueden observar células neoplásicas formando túbulos y acinos, de origen epitelial, confirmando que se trata de un adenocarcinoma ovárico. Además, también puede observarse muy abundante tejido fibroso maduro entre las células neoplásicas (desmoplasia fibrosa), un hallazgo habitual en estos tumores.
CASO 2
Carcasa de ponedora. En este caso se observan múltiples masas cutáneas en el dorso de la canal. La piel en estas regiones se encuentra marcadamente abultada, además de presentar regiones centrales deprimidas, aparentemente ulceradas (aspecto crateriforme).
Al realizar el estudio histopatológico se confirma la presencia de una neoplasia cutánea con ulceración central de la piel. Se puede observar en los márgenes la presencia de epidermis normal (flechas). A mayores, aumentos, la neoplasia es epitelial, y crece formando trabéculas y nidos, que habitualmente presentan material eosinófilo (similar a la queratina) en el interior.
Estos hallazgos son compatibles con un carcinoma de células escamosas, neoplasia maligna de origen epidérmico.
En este caso es necesario recordar el diferencial de neoplasias cutáneas en aves. Las dos más frecuentes son el linfoma asociado a la enfermedad de Marek y el carcinoma de células escamosas. El linfoma de Marek suele afectar de forma marcada a los folículos de las plumas, y por tanto inicialmente se presenta como un engrosamiento de éstos. En cambio, el carcinoma de células escamosas no tiene predilección por ninguna estructura cutánea, por tanto al crecer forma nódulos y placas irregularmente distribuidas por la piel, que frecuentemente se ulceran y adoptan el aspecto crateriforme observado.