Un día cualquiera en un matadero de cerdos (2023)
Como cada año, este junio organizamos un taller práctico de identificación y descripción de lesiones para veterinarios oficiales de matadero. Para ello, recogimos vísceras declaradas no aptas para el consumo humano de dos mataderos de porcino, que fueron objeto de discusión durante la sesión. En esta entrada se recogen algunas lesiones que pudimos observar, y de las cuales también se recogieron muestras en formol para realizar su estudio histológico. (AC)
El patólogo experto en porcino Quim Segalés (IRTA-CReSA, UAB) participó en la discusión de las lesiones observadas en vísceras declaradas no aptas.
Caso 1
Piel y pared abdominal. Una de las vísceras declarades no aptas para el consumo humano consistió en pared abdominal (incluyendo piel, musculatura abdominal y superficie peritoneal parietal). Se encontraba adherida con una porción de bazo por la cara interna. Presentaba una gran tumefacción localizada, que a la palpación fluctúaba.
Al cortarla, se observa que consiste en cavidades quísticas delimitadas por bandas de tejido fibroso y llenas de líquido seroso.
Esta hallazgo es compatible con un higroma de la pared abdominal: Se trata de una lesión muy crónica y sin mucha significación clínica. Estas lesiones acostumbran a surgir cuando los animales se frotan de manera continua y prolongada en una parte del cuerpo y generan una lesión inflamatoria crónica estéril con fibroplasia.
Caso 2
Riñones de cerdo. Se observan áreas multifocales coalescentes enrojecidas a la corteza de los riñones. Es destacable la distribución cercana a los polos renales, pues es muy sugestiva de pielonefritis.
La pielonefritis es la inflamación ascendente (des de vías urinarias) del riñón debido a bacterias. Las papilas en los polos de los riñones del cerdo (por condiciones anatómicas son mucho más susceptibles al reflujo y por lo tanto, las bacterias acostumbran a ganar acceso a los túbulos renales más fácilmente en estas regiones.
A la sección se podía observar que los focos a la superficie de la corteza se corresponden con áreas enrojecidas con distribución radial a la corteza. También se pueden observar petequias en la pelvis renal.
Histológicamente se confirmó la presencia de pielonefritis, observándose grandes acúmulos de neutrófilos en los túbulos renales (flecha).
También se observó inflamación crónica en la pelvis (flecha) y microhemorragias (asterisco), que también eran evidentes macroscópicamente.
Caso 3
Pulmones de cerdo. En el lóbulo diafragmático del pulmón derecho se puede observar una lesión bien circunscrita, prominente, consolidada, con una coloración muy enrojecida (hemorrágica y probablemente necrótica) con flecos de fibrina sobre la superficie pleural (flecha).
Detalle de la sección de pulmón afectada.
Todos estos hallazgos son característicos de pleuroneumonía fibrino-hemorrágica y necrotizante. Habitualmente Actinobacillus pleuropneumoniae y otras pasteurelácias de alta patogenicidad son las causantes, y se caracterizan por una bronconeumonía supurativa en la que se sobrepone un componente hemorrágico y necrotizante debido a las toxinas que generan.
Histológicamente se puede observar necrosis, hemorragias y gran exudación de fibrina.
Caso 4
Pulmones de cerdo. En este caso se observa una lesión muy similar en distribución. No obstante, esta lesión presenta una coloración más bien pálida y muy dura a la palpación (flecha).
A la sección se observan acúmulos de contenido purulento a caseoso en un patrón irregular (frecuentemente conocido como cartográfico).
Esta lesión es la consecuencia de la cronificación de la lesión anterior (pleuroneumonía fibrino-necrotizante). Si el animal sobrevive la fase aguda (en ocasiones asociado a tratamiento antibiótico o a vacunación previa), el tejido pulmonar suele sufrir necrosis coagulativa y se forma una cápsula gruesa de tejido fibroso maduro, con la intención de circunscribir la lesión necrótica, hecho que se conoce como secuestro pulmonar.
Detalle histológico de esta lesión. Se pueden observar extensas áreas de necrosis coagulativa del tejido pulmonar (aún es evidente la estructura alveolar, asterisco) así como densas áreas de infiltrado inflamatorio (flecha).
El tejido necrótico está delimitado por una cápsula gruesa de tejido fibroso maduro (asterisco), siendo la consecuencia del tejido viable de demarcar el tejido necrótico (secuestro pulmonar).
Caso 5
Hígado de cerdo. En este caso vemos una lesión bien conocida como hígado con manchas de leche.
Estas lesiones se atribuyen a migraciones de nematodos (como Ascaris suum, y mucho más raramente, Stephanurus dentatus) que producen focos de necrosis e inflamación. En resolverse, los trayectos dejan una cicatriz de tejido fibroso que envuelve los lóbulos hepáticos, frecuentemente asociados a inflamación linfoplasmocitaria y eosinofílica como en este caso (hepatitis intersticial crónica).
Detalle de la sección de dos hígados: sano (derecha) y afectado (izquierda). En el hígado sano se observan los lobulillos hepáticos muy finamente delimitados por tejido conjuntivo. En cambio, en el hígado afectado se observan áreas multifocales irregulares de depósito de tejido fibroso, que envuelven y comprimen los lobulillos adyacentes (hepatitis intersticial crónica).
Sección histológica de los hígados anteriores. A la derecha (hígado normal) se pueden observar una muy escasa cantidad de tejido fibroso entre los espacios porta de los lobulillos hepáticos. En cambio, el hígado con manchas de leche (a la izquierda ) presenta áreas multifocales de fibrosis, que envuelve los lobulillos, con una muy marcada infiltración de eosinófilos (inset).