Enfermedad vírica hemorrágica en una partida de conejos.
Nos llega al SESC una consulta sobre una partida de 811 conejos de engorde, en la que se observa una mortalidad del 2,7% en el examen antemortem, con presencia de epistaxis (salida de sangre por las narinas). Al examen postmortem, se observan animales con canales hemorrágicas e ictericia, así como alteraciones al hígado (coloraciones enrojecidas o pálidas, incremento de tamaño), y lesiones hemorrágicas en pulmones y riñones. Todos estos hallazgos hacen levantar la sospecha de que se trate de un caso de enfermedad vírica hemorrágica del conejo.
La enfermedad vírica hemorrágica del conejo es una enfermedad muy grave, sistémica, causada por un calicivirus que afecta lagomorfos. Suele causar un cuadro hemorrágico agudo, caracterizado clínicamente por epistaxis y muerte súbita. En este sentido, es improbable que lleguen a matadero animales con un cuadro agudo de enfermedad vírica hemorrágica. En caso de confirmarse, la enfermedad vírica hemorrágica es de declaración obligatoria debido a su gravedad y repercusiones en la industria.
Se observa en las muestras estudiades un hígado pálido, friable, y con un patrón lobulillar marcado. Los pulmones presentan áreas multifocales enrojecidas. En una de las canales, además, se observó un marcado incremento de tamaño de los riñones, con una coloración muy oscurecida. También se observaron petequias en el epicardio. Se tomaron muestras para su estudio histopatológico, así como muestras de hígado en fresco que se remitieron al laboratorio nacional de referencia (LCV, Algete) para la detección del calicivirus causante de la enfermedad vírica hemorrágica del conejo por PCR.
El estudio histológico reveló -en las dos canales- una hepatitis necrotizante multifocal periportal, lesión característica de la enfermedad vírica hemorrágica. El calicivirus se replica primariamente en hepatocitos y causa su necrosis con patrón periportal característico. Además, se observó coagulación intravascular diseminada en una de las canales (en pulmón y riñón), que es una consecuencia frecuente de la enfermedad vírica hemorrágica. La presencia de trombosis masiva en los glomérulos renales causó hemorragias multifocales coalescentes que les otorgaban el aspecto hemorrágico. En la canal restante, las lesiones pulmonares se correspondían con aspiración de sangre. Los resultados de la PCR, que resultaron positivos en las dos canales, confirmaron la presencia de ácidos nucleicos de la nueva variante del virus de la enfermedad hemorrágica del conejo. (AC)